Además de estar atentos a sus síntomas –que muchas veces solo aparecen cuando la enfermedad está en estadios avanzados-, es fundamental abandonar el cigarrillo y visitar a un neumonólogo, en especial si la persona fuma o tiene antecedentes familiares.
Según datos del Instituto Nacional de Cáncer (IARC), el cáncer de pulmón es uno de los cánceres más frecuentes a nivel mundial y también es el que más mortalidad genera. Solo en la Argentina, la incidencia de esta enfermedad asciende a 11.595 casos, afectando en mayor medida a personas de entre 60 y 65 años, sin distinción de sexos.
El tabaquismo es su principal factor de riesgo. Tal como lo explica la doctora Valeria el Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC, “al inhalar el humo del cigarrillo, que está compuesto de sustancias que producen cáncer o carcinógenos, se producen alteraciones en el tejido del pulmón casi de inmediato. Al principio, el organismo puede reparar ese daño, pero, con el tiempo, las células comienzan a actuar de manera anómala, lo cual puede derivar en un cáncer”. Y agrega: “El tabaco también puede dañar a otros órganos del cuerpo, como el corazón, los vasos sanguíneos, los órganos genitales, la boca, la piel, los ojos y los huesos”.
Según explica la doctora El Haj, el riesgo de padecer esta enfermedad aumenta de manera proporcional a los años durante los cuales se mantuvo este hábito y a la cantidad de cigarrillos consumidos por día. “Dejar de fumar a cualquier edad puede disminuir considerablemente el riesgo de padecer cáncer de pulmón”, remarca la profesional.
Otros factores de riesgo
Si bien el tabaquismo es el principal responsable de la mayoría de los casos de cáncer de pulmón -ya se trate de fumadores directos o activos como de fumadores indirectos o pasivos-, esta enfermedad también puede presentarse en personas que nunca fumaron ni estuvieron expuestas al humo de cigarrillo.
En este sentido, la doctora El Haj indica que otros factores de riesgo que pueden tener que ver con la aparición de esta enfermedad son tener antecedentes familiares de cáncer de pulmón y la exposición al asbesto y a otras sustancias carcinógenas (como el arsénico, el cromo y el níquel) pueden aumentar el riesgo, sobre todo en personas fumadoras.
¿Cuáles son los síntomas?
- Tos, que no desaparece y empeora con el tiempo.
- Dolor constante en el pecho.
- Tos con expectoración con sangre (hemoptisis).
- Falta de aire o silbidos al respirar.
- Inflamación del cuello y la cara.
- Dolor corporal.
- Pérdida del apetito y/o pérdida de peso.
- Fatiga.
- Ronquera o cambios en la voz.
- Bultos en las cercanías de la clavícula.
- Infecciones pulmonares frecuentes.
- Dolor de cabeza.
¿Se puede prevenir?
La doctora El Haj advierte que no existe una forma segura de prevenir el cáncer de pulmón, pero es posible disminuir los riesgos si se hace lo siguiente:
- No fumar o dejar de fumar.
- Evitar el humo de segunda mano.
- Evitar la exposición a los carcinógenos.
- Seguir una dieta con muchas frutas y vegetales.
- Hacer ejercicio de manera frecuente.
- Evitar el consumo nocivo de alcohol.
- Consultar a un neumonólogo: Los fumadores activos o recientes que tengan entre 55 y 74 años deberían realizar un screening (rastreo tomográfico). La detección temprana mejora sustancialmente la sobrevida.