Mendoza: cuenta con tecnología única para pacientes con ACV

La Dirección de Investigación, Ciencia y Técnica, a través de un acuerdo público-privado, entre quienes se encuentra la Dirección de Investigación, Ciencia y Técnica (DICyT) del Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes y el Hospital Lencinas, inició la producción en serie de un prototipo de exoesqueleto (pie robótico). Se trata de un instrumento tecnológico que permite trabajar en la rehabilitación en miembros inferiores de pacientes con accidente cerebrovascular (ACV), la segunda causa de muerte y la principal causa de discapacidad en todo el mundo.

El proyecto se encuentra liderado por la jefa del Servicio de Rehabilitación del Hospital Lencinas, Silvana Mercante, acompañada por el jefe del Servicio de Kinesiología, Raúl Rojas, y por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (Instituto Cajal), Juan Moreno.

Tanto el conocimiento técnico y científico lo proveen el equipo de investigación del Servicio de Rehabilitación del Hospital Lencinas y el Instituto Cajal. La Dirección de Investigación, Ciencia y Técnica (DICyT) proveyó el financiamiento inicial para el prototipo del exoesqueleto, mientras que se está analizando un acuerdo público privado para trabajar en conjunto con IMPSA y CyS Informática durante los próximos meses.

El director del Hospital Lencinas, Marcelo Barcenilla, explicó que el proyecto «comenzó en 2019 con una muy buena adherencia de los pacientes, pero en 2020 por la pandemia se tuvo que suspender la investigación, ya que muchos tenían secuelas por su patología de base».

En 2021 se retomó la actividad y aseguró que «la idea es replicarlo en otras instituciones públicas y privadas para continuar con el estudio de investigación en una segunda etapa que tenga financiación de la DICyT y que incluya a las áreas de tecnología de las universidades para avanzar en la instrumentación de un software para este tipo de proyectos».

Es importante destacar que se está trabajando para brindar apoyo económico durante el segundo año de aplicación de este proyecto.

El entrenamiento del tobillo busca que el paciente con una secuela neurológica logre mayor control y funcionalidad y estabilidad al caminar. «El exoesqueleto tiene distintos modos de actuación, se trabaja en un modo pasivo, activo y resistido. Eso nos permite medir los grados de amplitud del paciente para hacer un tratamiento individualizado», explicó el jefe del Área de Kinesiología del Hospital. Y añadió que los pacientes «han tenido una muy buena respuesta, se sienten cómodos, seguros, y cuentan con un estímulo extra que es la interfaz lúdica del software».

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